Una más que interesante excursión
que parte desde las calles cercanas a la playa, para en una subida aérea y al
principio fácil, ascender bordeando el peñón. A medio camino y después de pasar
por un empinado túnel escavado en la roca del peñón, la pista se convierte en
un sendero pedregoso y en algunos momentos delicado por lo brillante y
resbaladizo de la piedra a causa de los millares de personas que pasan por este
sendero a diario y que en los meses de verano existen cupos de 150 personas
cada ciertos minutos para evitar peligros. Aconsejable en eses meses madrugar.
En varios
pasos que presentan alguna dificultad, han puesto cadenas para sujetarse, pero
aquellas personas que tengan cierto problema con el vértigo, mejor no pasar
mucho más allá del túnel. Tampoco es aconsejable para personas con escasas
dificultades físicas y de escasa movilidad. Aconsejable si se sube al pico,
calzado apropiado, agua, gorra, y cremas solares.
En poco
más de una hora desde la portilla de entrada, llegamos al pico y la verdad es
que las vistas que tenemos desde este lugar, son maravillosas y merece la pena.